56º Latitud Sur / de Castilla a Tierra del Fuego

Santa Fe 2023

56º Latitud Sur - De Castilla a Tierra del Fuego

EL PLANETA OCÉANO

La imagen que cambió el mundo

[1523 - 2023] Quinientos años de cartografía

Cuando el eco de los festejos conmemorativos del V Centenario de la primera vuelta al mundo empiezan a apagarse, queda lo más importante: Las consecuencias del periplo iniciado por Magallanes y culminado por navegantes que nunca estuvieron llamados a cambiar el mundo: Sebastián Elcano y Francisco Albo. Aunque ya se sabía que nuestro planeta era esférico, sus informes permitieron en 1522 confirmar que era navegable en su totalidad. La certeza de un único océano mundial transformó la noción de globo terrestre en Planeta Océano y alteró para siempre las reglas del comercio internacional.

La Geocarta de Turín de 1523 es el mapamundi más antiguo que refleja los resultados de la expedición de Magallanes/Elcano. Se trata de una copia del Patrón Real, el mapa ultrasecreto de la Casa de la contratación de Sevilla, cuya autoría se otorga a Giovanni Vespucio, sobrino de Américo. La gran revelación de este planisferio es que muestra por primera vez la representación completa del océano Pacífico, el más extenso del mundo, que cubre un tercio de la esfera terrestre separando definitivamente América de Asia, las Indias Orientales de las Occidentales. Y también señala la correcta geolocalización del estrecho de Magallanes en los 52º al sur de la línea ecuatorial.

En la cartografía popular la orilla sur del Estrecho tomó el nombre de Tierra del Fuego y se especuló con que allí comenzaba la mítica Terra Australis Incognita, un supercontinente que desde la Antigüedad se creía que cubría gran parte del hemisferio sur. Descubrimientos posteriores revelaron que Tierra del Fuego era un archipiélago y, más tarde, que nuestro planeta era de naturaleza oceánica. Hoy se sabe que más del 80% del hemisferio sur son océanos y que entre el paralelo 40º y 60º sur solo hay un 2% de tierra.

De Castilla a Tierra del Fuego fue el viaje que emprendieron en 1519 los navegantes de la expedición de Magallanes/Elcano que tenían por misión navegar hasta latitudes australes desconocidas. El Nuevo Mundo se había convertido en obstáculo prodigioso que se interponía en la codiciada ruta europea hacia “la especiería”, la ruta definitiva que permitiría comunicar los puertos de Europa con los mercados de oriente navegando hacia occidente.

Este objetivo se consiguió finalmente en 1565 con el tornaviaje Acapulco-Manila desarrollado por Andrés de Urdaneta. El descubrimiento del estrecho de Magallanes no acercó el Lejano Oriente, sin embargo puso en la mente de conquistadores como Pedro de Valdivia que ya estaba en Perú, hasta donde se podría extender ese Reino de Chile del que se proclamaría su primer gobernador. Por lo demás, el paso austral fue la única ruta que comunicó el Atlántico con el Pacífico y los puertos de las costas occidentales de América con las de Europa hasta la apertura del canal de Panamá en 1914.

Océano Antártico

Océano Pacífico

Aunque solemos hablar de globalización, multiculturalidad y redes sociales como si fuese un asunto moderno, fue la expedición de Magallanes/Elcano la que cruzó el punto de no retorno, la que abrió las puertas del comercio marítimo intercontinental y condicionó hasta el presente nuestro devenir como sociedad globalmente interconectada. Fue un viaje en el que todos, sin saberlo, de alguna manera, nos embarcamos.

Hoy día más del 90% de las mercaderías y materias primas dependen del transporte marítimo cuyas rutas conectan los litorales continentales y archipiélagos de todas las naciones. De igual modo, la guerra tecnológica de la comunicación que hace cinco siglos se echó a la mar a bordo de galeones a la velocidad de los vientos, hoy lo hace a la velocidad de la luz determinando dramáticamente nuestro modo de vida altamente tecnologizada. Aunque la comunicación inalámbrica viaja a través del aire y los cielos en forma de ondas de radio, electromagnéticas como la corriente eléctrica y la propia luz visible, el 90% de la información visual y audible viaja a través de miles de kilómetros de fibra óptica tendida en las profundidades de los lechos marinos, ocultos a la vista, cuya retícula cubre la extensión de toda la corteza terrestre.

56º Latitud Sur es un paralelo que cruza las turbulentas aguas del Paso de Drake que bañan el Cabo de Hornos y el archipiélago de Diego Ramírez, el punto más austral del archipiélago de Tierra del Fuego y de la plataforma continental de América. Aquí se funden las aguas del océano Pacífico y del océano Atlántico y más al sur, el océano Austral que rodea la Antártica, cuya existencia como el quinto océano y su derecho a ser preservado aún se debate.

Tierra del Fuego occidental, región más austral de La Patagonia, forma parte del territorio de Chile y pertenece administrativamente a la Región de Magallanes. Por su aislamiento y condiciones climáticas extremas, constituye un patrimonio natural insustituible, aunque cada vez más expuesto a las consecuencias de la explotación de sus recursos y el turismo de masas. Algunos centros de estudio e iniciativas privadas luchan por preservar este santuario de la naturaleza bajo una iniciativa que ya se conoce como Reserva de la Biosfera Cabo de Hornos y Parque Marino Islas Diego Ramírez-Paso Drake.

Agradecimentos

El Museo Instituto de América de Santa Fe es un magnífico espacio expositivo situado en unas coordenadas con una resonancia histórica de alcance mundial. En sus amplias salas una exposición permanente acoge y preserva la memoria de los viajes de Colón y toda una generación de hombres y mujeres que cambiaron el mundo. Aquí, en 1492, en tiempos de los Reyes Católicos, a escasos diez kilómetros de La Alhambra, se encontraba el campamento desde el cual se sitió y conquistó el Reino Nazarí de Granada, el último bastión de Al Andalus en la Península Ibérica. Ese mismo año, aquí, en este lugar, se acordaron y firmaron las Capitulaciones de Santa Fe, las cláusulas del primer viaje de Colón en busca de las Indias Orientales.

Ha sido para mi un privilegio exponer esta colección de pinturas en el Museo Instituto de América de Santa Fe y que esta publicación quede como testimonio tangible de los esfuerzos de muchas personas que han dedicado tiempo y esfuerzo para materializar estos objetivos. Quiero agradecer especialmente a Juan Antonio Jiménez, director de esta institución cultural, con el que mantuve desde un principio una fructífera colaboración que facilitó en todo momento los trabajos preparativos. Igualmente agradecer al pintor José Antonio Muñoz, que fue mi alumno hace más de 25 años, y quien tuvo la idea original que me motivó a dar a conocer mis pinturas en el museo de su ciudad natal.

Guillermo Muñoz Vera

Chinchón, invierno de 2023